Y te irás volándome los ojos, con la última onda de tu voz,
proyectando en mi ser la llamada inaudible, desde mi corazón al tuyo, tan lejano.

Lo extraño siempre acontece, al final, en la pérdida, cuando podés diferenciar el placer de su objeto. Así es ahora, hay una cuerda rota en el viento, una mirada rasgando el horizonte, queriendo penetrar en el crepúsculo, y traerte a la vida, huérfana. A veces se enloquece suspendida, en cualquier imagen, se bebe la pasión - en la fuente semántica - se aprende a ver vacío, desde cualquier pantalla. Tu imaginación, se vuelve tiranía, te empuja en la incongruencia. Hubo un instante que no se repetirá, ni en su eterno retorno. Me gustaría dejar abiertas las puertas del espíritu, para llenar de chispas esos rincones tan aburridos. Y dejar de mirar esta pequeña ventana.
Ves, hace mucho tiempo que estoy aquí, cada palabra que digo la devoras, pero no hay algo nuevo a la orilla del sol, tu existir también fue vanidad. Oscura, azul, hermética, no quiero ser pureza ni que me adornen con palabras estúpidas. Sólo fui capaz de escribir para ti, y gastaste todas mis letras. Vendrás un día, trayéndome los ojos, y yo te haré escuchar el canto de sirena en mis mares internos.
wauu mujer,que pasion,me encanto!!
ResponderEliminarun beso
hoy tu poema me llega especialmente y me conmueve, es precioso y directo. Sólo fui capaz de escribir para ti...
ResponderEliminarojalá yo tb consiga hacer escuchar el canto de sirena en mis mares internos. un abrazo.
Me gusta el ritmo del poema.
ResponderEliminarCarna: gracias ,saludos
ResponderEliminarInma: estoy segura de que lo lograrás. Un beso
ResponderEliminarDavid: me gusta que te guste, saludos
ResponderEliminar.....en tus mares internos. Una dulce amenaza, sin duda.
ResponderEliminarUn abrazo.