en medio de su sombra
resplandece el juego de la vida
bandera al viento del azote,
el corazón sitiado
le palpita de bestias.
Un demonio latente
lo estira entre las sábanas
lo hace memoria
en legiones dispersas.
Aquì sobran las cicatrices
de voces amputadas
en razones sin argumentos.
Levedad y violencia
de los signos
que ignoran las heridas
e inocentes de orgullo
besan, golpean, deshacen
los versos de ese cuerpo que se ofrece
en amores y arte.
Arte oscuro de bestias que transforman la memoria y el orgullo en algo escurridizo, como las voces que golpean las sombras pidiendo versos de vida, porque del amor todavía bastan las cicatrices.
ResponderEliminarOtro de tus poemas que me llega hondo... el dolor de la felicidad, nuestra fatalidad. Besos.
Nalla: fatalidad/felicidad, por aproximación fonética se relacionan. las bestias-voces que golpean sombras y por donde siempre se "escurre" el dolor. Un beso
ResponderEliminarUN YO ENTRE LA LUZ Y LA OSCURIDAD.
ResponderEliminarLAS DIVIDE UNA DELGADA LINEA,CASI SIN RETORNO.
COMO SIEMPRE,PALABRAS BRILLANTES.
UN ABRAZO
Carna: gracias por estar aquì tambièn. Abrazos
ResponderEliminar¿Indicaciones para el ensamble de todas las cabezas de escritura, viento e hidras de blogs?
ResponderEliminarCiertamente que tus versos se ofrecen con arte.
ResponderEliminarExiste un Demonio entre nosotros que cuando creíamos los argumentos perdidos en la nada los reencuentra.
Àlvaro: dónde se produce el ensamble en la cabeza o en la escritura??? me gustaría saber/lo...
ResponderEliminarIgna: es cierto por eso creo que la memoria es legiòn. saludos
ResponderEliminarClaudia,texto Difícil, talentoso y que ayuda a pensar a un nivel estético literario superior
ResponderEliminarNèstor la estética tiene que ser superadora para que tenga efecto. Saludos
ResponderEliminarEl ensamble, como siempre, es entre las sábanas, en el cuerpo/s que se pierde/n del tiempo del ser, la muerte, la carne, para recordar todas las anécdotas pasadas. Digo, no sé.
ResponderEliminarPienso que es una posibilidad, pero ninguna escritura podrá registrar ese ensamble, màs que como observadora, de la anécdota ajena.
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